De sobra sabemos en este club, que si un grupo se caracteriza por su limpieza y su buen olor corporal, ése es el grupo wapi. Si en la tarde de ayer se escucharon frases chabacanas como "me pica el chocho" y "me pica el jigo" se debió, no a la falta de higiene, sino a las maldiciones que Rigor Mortis lanzaba con furia sobre las pobres wapis, que acabaron desgañitadas y descoyuntadas...y con las cervicales echas polvo.
Las wapis Tatita Maya, Bichito de Triana, Akesha y Martichi se enfrentaron en una lucha fratricida wapicida (sobre todo en el duelo Tati-Bichito en el que se apreció una especial inquina) de la cual resultó victoriosa Martichi en las tres ocasiones. Pero claro, es que las otras tres son muy afortunadas en amores y ya se sabe...no se puede tener todo en esta vida MUAHAHA
Aclarado esto, el Chilli pal Chirri que lo use Rosa Benito.
Y ya con esto hilamos con la crónica de Letor, que ya sabemos que le gusta más un Sálvame que a un tonto un lápiz:
Reunidos Du’Pont, Umrae, David, Arya y
Letor, se decidieron por continuar la campaña semioficial de Heroquest más de
un año después.
Se lanzaron los dados para ver a quien le
tocaba esta vez llevar al Malvado Brujo y… ¡premio! Otra vez a mí L
Bueno, pues al lío. Clásica partida con
jugadores novatos o simplemente empolvados, donde se dice más de lo que se debe
y las arcas del cofre común sirve para paliar las escasas virtudes de un nuevo
héroe, comprándole armas y armaduras para que esté a la altura de los demás. Y
claro, así está el cofre siempre. Más vacío que las arcas catalanas tras el
paso de Pujol a su vera, siempre a la verita tuya.
Eso sí, la ballesta y el ballestero se
entendieron bien. Puerta que abría y asomaba la cabeza, y si veía a un enemigo
poco duraba para la más absoluta desesperación del MB (yo) que veía como sus
monsters caían y caían sin Remedio (Cervantes), amiga de Raquel Revuelta, dueña
de la agencia doble R y amiga de Berrocal (Viki, no Yola y sus yolas de 2 kg cada una), que tiene una
tienda de ropa flamenquita en los aledaños al Salvador Rojo, portentoso
restaurante sevillano y me la agarras con la mano. Ya se me fue el hilo. Si es
que la salsa rosa es lo mío.
Totá, que el ballestero hizo lo que tenía
que hacer tras el dinero invertido en su equipo. Y su equipo hizo lo que tenía
que hacer: el maestro de armas rematando a los pocos que no explotaba el new, la asesina campesina mostrando el
camino y encontrando trampas y el enano… bueno, el enano hizo poco. Creo
recordar que mató a una momia y un ratón de campo, débil por la falta de
sangre.
Pero ganaron, que es lo importante. Pues
en este juego siempre pasa que se gana. Más o menos, pero se gana. No como el “mejor
equipo de la historia” en el baloncesto español, que se las creía todas consigo
ante Francia y se comió lo de siempre. Más o menos lo mismo que se hubiese
comido cuando se hubiese enfrentado a esos animales americanos. Así que mejor
antes que después, que pa lo que sirve que sea después, mejor que sea antes.
Y remato esta crónica, diciendo que ayer
vi que Rosa Benito había hecho el Camino de Santiago y que una urticaria le había
hecho mella en su desgastada pierna. Echó una lagrimita cuando le pusieron a su
hija Chayo (Malayo) canturreando y aún me pregunto si era por afecto o porque
canta casi igual que este que escribe. Aunque… bajo la ducha soy como Pavarotti
y no por la panza, sino por una voz aterciopelada y angelical.
En una tercera mesa, de la que se volvieron a rajar Mago Slann y Derleth, Laeroth, Alban, Sirkamus, Príncipe de lo Extraño y Korsario se entretuvieron en su aventura espacial Battlestar Galáctica.
Mención especial a la frase que dejó Príncipe en su oferta de partida en el foro "Si, me importa compartir mesa. Gran tamaño". Si a alguien no le había quedado claro, ya sabemos que para Príncipe, el tamaño siempre importa.
Asun, hija, tápate las cartas, que te las ve la de los picores xoxiles.
ResponderEliminarY luego decimos de alban.
ResponderEliminarJAJAJAJA
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