jueves, 11 de septiembre de 2014

Chilly pal Chirri


De sobra sabemos en este club, que si un grupo se caracteriza por su limpieza y su buen olor corporal, ése es el grupo wapi. Si en la tarde de ayer se escucharon frases chabacanas como "me pica el chocho" y "me pica el jigo" se debió, no a la falta de higiene, sino  a las maldiciones que Rigor Mortis lanzaba con furia sobre las pobres wapis, que acabaron desgañitadas y descoyuntadas...y con las cervicales echas polvo.
Las wapis Tatita Maya, Bichito de Triana, Akesha y Martichi se enfrentaron en una lucha fratricida wapicida (sobre todo en el duelo Tati-Bichito en el que se apreció una especial inquina) de la cual resultó victoriosa Martichi en las tres ocasiones. Pero claro, es que las otras tres son muy afortunadas en amores y ya se sabe...no se puede tener todo en esta vida MUAHAHA
Aclarado esto, el Chilli pal Chirri que lo use Rosa Benito.
Y ya con esto hilamos con la crónica de Letor, que ya sabemos que le gusta más un Sálvame que a un tonto un lápiz:
Reunidos Du’Pont, Umrae, David, Arya y Letor, se decidieron por continuar la campaña semioficial de Heroquest más de un año después.
Se lanzaron los dados para ver a quien le tocaba esta vez llevar al Malvado Brujo y… ¡premio! Otra vez a mí L

Bueno, pues al lío. Clásica partida con jugadores novatos o simplemente empolvados, donde se dice más de lo que se debe y las arcas del cofre común sirve para paliar las escasas virtudes de un nuevo héroe, comprándole armas y armaduras para que esté a la altura de los demás. Y claro, así está el cofre siempre. Más vacío que las arcas catalanas tras el paso de Pujol a su vera, siempre a la verita tuya.

Eso sí, la ballesta y el ballestero se entendieron bien. Puerta que abría y asomaba la cabeza, y si veía a un enemigo poco duraba para la más absoluta desesperación del MB (yo) que veía como sus monsters caían y caían sin Remedio (Cervantes), amiga de Raquel Revuelta, dueña de la agencia doble R y amiga de Berrocal (Viki, no Yola y sus yolas de 2 kg cada una), que tiene una tienda de ropa flamenquita en los aledaños al Salvador Rojo, portentoso restaurante sevillano y me la agarras con la mano. Ya se me fue el hilo. Si es que la salsa rosa es lo mío.

Totá, que el ballestero hizo lo que tenía que hacer tras el dinero invertido en su equipo. Y su equipo hizo lo que tenía que hacer: el maestro de armas rematando a los pocos que no explotaba el new, la asesina campesina mostrando el camino y encontrando trampas y el enano… bueno, el enano hizo poco. Creo recordar que mató a una momia y un ratón de campo, débil por la falta de sangre.

Pero ganaron, que es lo importante. Pues en este juego siempre pasa que se gana. Más o menos, pero se gana. No como el “mejor equipo de la historia” en el baloncesto español, que se las creía todas consigo ante Francia y se comió lo de siempre. Más o menos lo mismo que se hubiese comido cuando se hubiese enfrentado a esos animales americanos. Así que mejor antes que después, que pa lo que sirve que sea después, mejor que sea antes.

Y remato esta crónica, diciendo que ayer vi que Rosa Benito había hecho el Camino de Santiago y que una urticaria le había hecho mella en su desgastada pierna. Echó una lagrimita cuando le pusieron a su hija Chayo (Malayo) canturreando y aún me pregunto si era por afecto o porque canta casi igual que este que escribe. Aunque… bajo la ducha soy como Pavarotti y no por la panza, sino por una voz aterciopelada y angelical.

En una tercera mesa, de la que se volvieron a rajar Mago Slann y Derleth, Laeroth, Alban, Sirkamus, Príncipe de lo Extraño y Korsario se entretuvieron en su aventura espacial Battlestar Galáctica.
Mención especial a la frase que dejó Príncipe en su oferta de partida en el foro "Si, me importa compartir mesa. Gran tamaño". Si a alguien no le había quedado claro, ya sabemos que para Príncipe, el tamaño siempre importa.






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